Los acuíferos son una formación geológica que está constituida por una o más capas de rocas, capaz de almacenar y ceder el agua. Estos pueden ser acuíferos detríticos los cuales su permeabilidad se debe a la porosidad intergranular (de tipo primario), acuíferos fracturados, cuya permeabilidad se da a través de las fracturas (de tipo secundario) y los acuíferos kársticos, los cuales no se consideran homogéneos y cuya permeabilidad depende del grado de desarrollo del endokarst y de los cuales hablaremos más a detalle a continuación.

Podemos generalizar que un acuífero kárstico consiste de formaciones rocosas como calizas, dolomitas o evaporitas que pasaron por un lento proceso de disolución y que desarrolla superficies como dolinas, uvalas y poljes con alto potencial de almacenamiento y transmisividad hidráulica para las aguas subterráneas. Pero el sistema kárstico no es tan simple como parece, pues según el grado kárstico se crean diferentes paisajes que afectan la recarga subterránea del agua.

El acuífero de Cobán y sus alrededores está definido como un acuífero kárstico, el cual consiste en calizas con alto desarrollo de dolinas de colapso, lo que genera poljes con zonas en donde es posible que se almacenen las aguas subterráneas y zonas sin saturación, convirtiendo este acuífero como una zona compleja ya que la naturaleza del paisaje kárstico varía de un lugar a otro, en función de condiciones hidrogeológicas locales.
‹‹Erróneamente se cree que la profundidad del acuífero permanece constante a lo largo de varios kilómetros a la redonda, por lo tanto, existe una falsa confianza en que en cualquier punto que se decida perforar un pozo, saldrá productivo. También existe el riesgo de perforar de más un pozo y correr el riesgo de atravesar la capa saturada y que se pierda por espacios vacíos que la subyacen››.
Métodos para prospección de agua.
Conociendo la complejidad de un sistema kárstico en cuanto al agua subterránea, el único método no invasivo que existe para conocer la presencia de un acuífero es el método geofísico.
El más común es el método de geofísica eléctrica, el cual consiste en hacer pasar una corriente y medir el diferencial de voltaje, al cual se le conoce como resistividad eléctrica, medida en Ω.m. El levantamiento geofísico se realiza por medio de Sondeos Eléctricos Verticales, los cuales, debido a que la presencia de materiales que faciliten la conducción eléctrica o electrolitos (por ejemplo, el agua) pueden afectar drásticamente las propiedades eléctricas de las formaciones geológicas, los métodos eléctricos poseen especial relevancia en la exploración de acuíferos, contactos estratigráficos y minerales metálicos.

Levantamiento geofísico
Los sondeos eléctricos verticales (SEV) se realizan con equipos especiales llamados RESISTIVÍMETROS para medir la resistividad aparente del terreno y generar un gráfico de resistividad real para interpretar el espesor de los estratos del subsuelo. Es importante que el estudio se realice por personal especializado en ciencias de la tierra (geólogos o geofísicos) y que el equipo sea especial para este tipo de estudio, ya que existen muchos equipos falsos que generan información errónea, a la cual no se le puede confiar la alta inversión que conlleva la perforación de un pozo mecánico. Es importante verificar que el resistivímetro a utilizar lleve 4 electrodos (2 de corriente y 2 de potencial) ya que los equipos falsos se componen únicamente de 2 varillas, de las cuales no es posible hacer una metodología de geofísica eléctrica.

Resultados del levantamiento geofísico.
Los datos de campo son procesados por softwares especiales para geofísica e interpretados según la geología del lugar para generar la interpretación litológica del subsuelo y la existencia y profundidad de un acuífero. A continuación se presentan 2 casos de levantamientos de SEV en el área de Cobán, el primero sin presencia de agua y el segundo con presencia de agua.

FIGURA No.4 Levantamiento de SEV sin presencia de agua.
